Artículo de opinión

Málaga: más San Sebastián y menos Magaluf

Seamos honestos, hablar de apartamentos turísticos estos días en Málaga puede ser igual de polémico que hablar del procès con tu suegra. Muchos culpan a nuestro gremio por la Starbuckización y gentrificación de nuestra ciudad, por el aumento descontrolado de los precios de las viviendas y por convertir Málaga en parque temático.

Y hasta cierto punto, nos merecemos parte de esa crítica.

En los últimos años, el «efecto Airbnb» ha llegado a nuestras costas. Nuestra tranquila ciudad se ha ganado poco a poco el sobrenombre de «Barcelona del Sur«, con todas las implicaciones que eso conlleva. Hemos visto cómo nuestro querido Mercado de Atarazanas se ha convertido poco a poco en su primo lejano, el de la Boquería de la ciudad condal, asaltado a diario por hordas de turistas. Pero para ser justo, las ‘invasiones’ de cruceristas tienen posiblemente más culpa que las viviendas con fines turísticos.

Mercado San Josep de la Boquería, Barcelona

Habiendo dicho esto, las cifras son impresionantes hasta el punto de que estamos perdiendo la cuenta del número de apartamentos de alquiler, legales o ilegales, en la ciudad. Para intentar frenar esta tendencia la Junta de Andalucía puso en marcha en mayo de 2016 un Decreto para tratar de regular este nuevo fenómeno, desgraciadamente siendo «demasiado poco, demasiado tarde». Los inspectores turísticos están totalmente abrumados por la cantidad de solicitudes y el flujo parece imparable. Sólo en la capital malagueña parece que el número de camas de apartamentos turísticos ya duplica la oferta hotelera de la urbe.

En un artículo publicado esta semana, el diario La Opinión de Málaga nos adelantaba que según la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga, los apartamentos turísticos representan en Málaga capital (datos de a finales de noviembre) 23.300 plazas en 4.853 apartamentos, es decir más del doble de las cifras oficiales!? Según el informe de InsideAirbnb, tan sólo un 40% de esas viviendas estarán legalizadas.

Este fenómeno, por supuesto, no está restringido a Málaga. Pregúntele a los ya pocos residentes de Venecia, o a cualquier otra ciudad europea importante, cómo el turismo masivo ha ido cambiando el rostro de sus ciudades. Todo el mundo quiere vivir como -y entre- los autóctonos. La ironía es que al querer vivir con los lugareños, uno tiende a expulsarlos y lo típico de un lugar se convierte rápidamente en típico.

¿Pero está la cosa tan mal?

Por supuesto que no. En una Comunidad Autónoma como Andalucía, aquejada por niveles de desempleo entorno al 25%, el turismo representa nuestra principal fuente de ingresos. Gracias a los apartamentos turísticos, algunos barrios que estaban a punto de ser abandonados y/o marginados están resurgiendo de las cenizas y se están poniendo de moda (SoHo, Lagunillas, etc.)

¿Quién nos iba a decir que un barrio de sex shops en la zona del Ensanche iba a convertirse algún día en un pequeño SoHo? La ciudad es ya una referencia mundial a nivel de museos, y eso no se debe exactamente a los residentes, sino a los millones de turistas que nos visitan cada año. Cientos de bloques de viviendas que se estaban cayendo a pedazos se están convirtiendo en impresionantes edificios, la infraestructura general y el sistema de transporte municipal están mejorando de forma dramática. Pregunte a cualquiera y le diré que la ciudad se ve mejor que nunca. Esto también es un efecto directo de nuestro sector. Y no olvidemos tampoco que, si no fuera por los beneficios derivados del alquiler de sus propiedades, muchos propietarios nunca hubieran sobrevivido a la crisis financiera.

Barrio de SoHo en Málaga

¿Qué podemos hacer para mejorar?

En primer lugar, todos debemos hacer un pequeño ejercicio de introspección para ver qué soluciones podemos ofrecer en nuestro nivel para mejorar la situación. Dentro de poco, nuestra empresa celebrará sus 10 años, siendo la primera empresa malagueña dedicada exclusivamente al alquiler de apartamentos turísticos. Por lo tanto, es obvio que nos interesa que nuestro sector siga creciendo. Pero todos los que vivimos de esta industria tenemos la responsabilidad de garantizar una fuente de turismo sostenible y responsable para nuestra ciudad. Cada uno de nosotros, dentro de nuestras posibilidades, podemos esforzarnos para minimizar el impacto de nuestros clientes en nuestra ciudad y sus residentes. En el caso de SOLAGA, nos aseguramos en nuestro día a día de que nuestros huéspedes sigan estrictamente las reglas de cada bloque de apartamentos. Dedicamos un tiempo considerable durante el proceso del check-in para explicar las normas escritas y no escritas de la casa, de la comunidad y también de la ciudad en general para asegurarnos de que su estancia no moleste en absoluto a los vecinos. Hace poco instalamos unos aparatos sofisticados en nuestros pisos cuya función es controlar el consumo de electricidad y el nivel de ruido en cada piso las 24h del día. En el caso de que el nivel de ruido en un piso suba por encima de lo establecido, recibiremos una alarma en nuestro móvil y así podremos actuar enseguida. En la inmensa mayoría del las ocasiones, la convivencia se hace en total armonía.

Dispositivo «Roomonitor» que monotoriza en tiempo real el ruido en los apartamentos

El Alcalde de Málaga, don Francisco de la Torre, ha anunciado el estudio de una ordenanza municipal para establecer una moratoria durante la cual no se podrán emitir más licencias en el centro histórico, siguiendo los pasos de ciudades como San Sebastián. La capital donostiarra ya ha puesto en marcha numerosas medidas, entre las que podríamos destacar la zonificación de la ciudad que queda ahora dividida en tres áreas: zonas A (zonas saturadas); las zonas B (zonas de alta demanda); y ?zonas C (zonas con posibilidad de incremento de oferta de apartamentos turísticos).

Cada zona tiene restricciones propias. En zonas A, quedan prohibidas totalmente implantaciones del uso urbanístico de viviendas turísticas, en zonas B y C, se permite la ocupación parcial de los bloques de viviendas con restricciones de metros cuadrados por plantas . Por ejemplo, en la primera planta de un edificio, se permitirá el uso urbanístico de apartamentos turísticos cuando su superficie ?til sumada al resto de usos no residenciales en el edificio sea igual o inferior a 250 m2 en la totalidad el edificio.

Mapa de la zonificación de San Sebasti?n

¿Cuál es la opinión del equipo de profesionales de SOLAGA?

Tal como nuestro Director General Steffen Hansen relató al diario Málaga Hoy, desde SOLAGA estamos totalmente alineados con la posición y las propuestas de la Alcaldía de Málaga. Nuestra visión es considerar el Centro Histórico como «zona saturada» para que no se emitan, por un tiempo, más licencias de las que ya existen.

La Asociación de Vecinos «Centro Antiguo de Málaga»? propone soluciones que compartimos plenamente y desde SOLAGA, nos unimos a ellos para pedir a las autoridades públicas que actúen cuanto antes; mientras tanto, nos comprometemos a hacer todo lo que está en nuestras manos para trabajar con ellos y encontrar soluciones duraderas.

Entendemos que la ciudad de Málaga tiene vocación turística pero siempre se ha caracterizado por el respeto al medio ambiente, el derecho de descanso de sus vecinos y la necesidad de preservar el uso residencial de la vivienda. La regulación de nuestro sector a través de licencias, la racionalización de las normas existentes a través de una ordenanza urbanística que regule el uso de las apartamentos turísticos, y en general aplicar parámetros de coherencia en nuestra actividad, repercutir? en el bien de todos los malagueños.

A modo de reflexión pregunto: ¿Qué pasará en Málaga sin un control del número de cruceros que pudiesen amarrar a diario en nuestro puerto? Pues eso…

El auge de pisos turísticos enciende la mecha en Málaga

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